¿Quién decide quién se va y quién viene? ¿Quién pone las cartas sobre la mesa? ¿Quién tiene la sangre fría de arrebatarme a uno de mis mejores amigos con 18 años? Yo a ese sí que le rompía los esquemas... con todas las ganas del mundo además...
¿Por qué te has tenido que ir tan pronto? ¿Por qué no pudiste hacerme caso? Quería verte una última vez. Quería que estuviéramos allí al menos una vez más. Necesitaba que te recuperases, que no te fueras...
Tú fuiste el primero que me apoyó a seguir mi camino y sacarme mi carrera y tú fuiste de los pocos que me animó a meterme en matemáticas este año. Soñabas con llamarme y ayudarme si algo no entendía, en principio no eran sueños, podía ser real... pero una mala caída me lo arrebató todo en una noche, de un plumazo todo eso se fue...
Soñabas con estudiar ingeniería en la Politécnica de Madrid para venirte conmigo y en vez de hablar todos los días, poder verme... Eso en principio tampoco era un sueño, pero ahora me quedaré con tus sueños y los míos como recuerdo...
Estoy contigo, eso no lo olvides, porque anoche, con esa llamada, se murió parte de mi, de mi pasado, de mi presente y de mi futuro.
¿Por qué lo último que dijiste fue mi nombre? Eso quizás es lo que más me atormenta... deberíamos habernos visto este verano, cuando estuve a un autobús de ti... pero no lo hice y no sabes lo que me arrepiento...
Este año, eso que te prometí, lo intentaré por ti... porque me haces mucha falta...
Necesitaba que estuvieses bien... te has ido demasiado pronto...
Te quiero y te echo de menos..."
