Salir. Huir. Desvanecerse. Evadirse. Desaparecer. Correr. Alejarse. Olvidar. Destrozar. Llorar. Desvelar. Horrorizar. Romper. Herir. Confundir. Sentir.
Son muchas palabras para un inicio pero son todas identificables con mi estado de ánimo actual.
¿Nunca habéis recibido algo que os ha hecho daño? Que os haya herido tan al fondo que duela en lo más profundo de vosotros mismos, que os haga querer estar en otro cuerpo cualquiera pero que no sea en el que estáis, que os arrepintáis de sentimientos que no podéis controlar, que odiéis no poder controlar esos sentimientos tanto en vosotros mismos como en las otras personas.
Llega un momento en el que no sabes en qué lugar estás, en qué lugar te mereces estar y si serás capaz de elegir el buen camino para encontrarte con ello.
De pequeña me enseñaron que hay ciertas cosas que dependen de dos personas. Si una de ellas no quiere o no tiene ganas es porque no siente lo mismo que la otra, no tiene esa necesidad. Duele darse cuenta de eso cuando ya has crecido. De pequeño es más fácil, si un amigo no quería jugar contigo, jugabas con otro y fin del problema. Más adelante aparecen los sentimientos y la empatía. En estos momentos odio estudiar lo que estudio para descubrir que hace un montón de años empecé a sentir lo que hoy siento.
Todo es cuestión de prioridades y de ordenarlas en su debido orden. Me ha quedado claro que hay demasiadas cosas por encima de mi, ahora es cuando a mi me toca decidir qué es lo que puedo llegar a soportar; hasta qué punto mi fortaleza supera las adversidades. Estoy confusa. Mucho.
Llevo unos días escuchando una canción que dice "listen to your heart when he's calling for you. Listen to your there is nothing else you can do. I don't know where you're going and I don't know why, but listen to your heart before you tell him goodbye." (para los que no se nos de bien el inglés: "escucha a tu corazón cuando te está llamando. Escucha a tu corazón, no hay otra cosa que puedas hacer. No sé a dónde estás yendo y no sé por qué pero escucha a tu corazón antes de decirle adiós."). Tiene tanta razón y es tan complicado que incrementa la confusión y el sentimiento de huida.
Definitivamente hay cosas que no sientan bien. Hay demostraciones discretas de cosas que preferiría que fuesen contrarias. No se puede controlar. Cada uno siente lo que quiere y como quiere o puede.
La decisión entonces está en aguantar o rendirse. Nunca se me ha dado bien rendirme pero nunca se me ha hecho algo tan cuesta arriba.
He ahí el dilema de la cuestión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario